VIERNES DE EDITORIAL

Mercedes Olivera

Esta semana, sin duda, el acontecimiento mediático relacionado con la TV, fue el revuelo desencadenado a partir del rumor de ruptura matrimonial del Dr. Arnoldo Wiens, Director de RED GUARANÍ. El tema, iniciado en TV Paraguaya.com y RADIO HIT por Marcelo Acosta, despertó en interés de DIARIO CRÓNICA y de DIARIO POPULAR. El Dr. Wiens realizó desmentidos desde su propia pantalla (al mejor estilo farándula argentina) durante EL GIGANTE DE LA MAÑANA. Abundaron las declaraciones de Wiens y allegados, asegurando que se deseaba perjudicar su imagen y la de su medio. Ya explicamos el jueves, porqué se dio espacio a un asunto privado, lo que no es habitual en este sitio, RED GUARANÍ utiliza como parte de su posicionamiento, la vida familiar de muchos de sus integrantes.

Esto, me hace pensar en la actitud general, cuando se menciona a los directores o propietarios de canales. Todo se maneja como si gozaran de una inmunidad tácita, se puede hablar de cualquiera... menos de ellos, aunque sus programas escrachen a otros en cámaras ocultas, exhiban videos de chicas medio desnudas en horario de protección al menor, hurguen en la vida de privada de políticos, funcionarios, gente del espectáculo, en la del Presidente de la República y su entorno. Informes de variable veracidad acerca de cualquier hecho social o aspecto de la existencia en general, opiniones que van de respetables a disparatadas y las más peregrinas conjeturas, hallan repercusión mediática frecuentemente. RED GUARANÍ, no es la excepción, el propio Arnoldo Wiens hace unos años, realizó una campaña explicando como había una conspiración de gays para dominar el mundo, entre otros excesos, en los que el evangélico incurrió al juzgar a los demás. Claro, él está en la luz, el resto en la oscuridad.

Vuelvo a la especie de prerrogativa implícita de ser dueño o director de un canal de televisión. En TV Paraguaya.com, los hemos aludido en diferentes ocasiones por circunstancias unidas a su posición. Marco Galanti, Leonardo Salomón, Ismael Hadid y Chistian Chena, en los útimos tiempos. Cuando el tema importa, no hay porqué silenciarse, ni entiendo la razón de lo que la mayoría de las veces, es autocensura. ¿Por qué no exponerlos también a ellos? Esta vuelta, DIARIO CRÓNICA, quebró el absurdo código de silencio, impuesto por la costumbre e hizo bien. Sabemos que la nunca bien ponderada hipocresía, es la base de la armonía social, pero a veces...da gusto algo de franqueza.