Violeta Morínigo

violacea36@hotmail.com

Si bien mucho se ha esforzado la producción de programas como Teleshow en proporcionar materia prima para llamar la atención no han podido trascender con las peleas mediaticas que nos presentan porque en nuestro país los programas faranduleros se están extinguiendo. A diferencia de la Argentina por ejemplo donde los demás se surten de las discusiones o peleas que se generan de la mano de Tinelli o Riart.

Aquí cuando modelos como Blanca o Ruth se vocean de todo ante cámaras o se arrancan las extensiones no pasa nada. Nadie se da por enterado, allá, serían comidilla de todos los otros programas y aumentarían "su fama", la tal que vez se les va esfumando conforme pasan los años al mismo tiempo en que da lugar a las canas y las arrugas.

Si aquí una modelo se rompe una uña o pierde una pestaña postiza, defendiendo su honor y buen nombre no pasa nada, ashá, seria rápidamente ascendida a vedette por ejemplo, invitada a cuanto espacio de chismes existe o almorzaría con Mirtha.

Tan reducida es nuestra farándula que obliga a que cada tanto los programas que se dedican a este rubro reciclen los temas porque hasta lo que me contaron la enemistad entre Ruth y Blanca es de hace mucho no de ahora. Pero para el rating ya alcanza con ventilar los trapitos sucios de tanto en tanto. Yo particularmente como mujer siento vergüenza ajena al ver como mis congéneres se rebajan de esta manera porque tampoco van a solucionar sus diferencias en una pantalla.

Realmente en nuestro medio se cumple aquello de que "algunas nacen con estrella y otras estrelladas", sino que lo diga Larisa Riquelme quien gracias a un celular en medio de la generosidad de los implantes ganó fama mundial. Es linda, pero no más que otras que mientras esperan el milagro hacen de sus quebrantos un atractivo para la audiencia que se prende al morbo.