Nunca, una palabra sin duda alguna, fuerte. Pero que en los peores y a veces en los más frustrantes momentos, amamos decirla. Sobre todo cuando estamos hartos, cansados, exhaustos, dolidos o tristes con algo o con alguien; “Te juro que no te voy a pensar nunca más”, por ejemplo. Pero como buenos masoquistas, terminamos haciendo lo contrario, diciendo eso que dijimos que ‘nunca más’ diríamos. Vaya que me ha pasado que no de pensar en una persona y por más que intento cerrar mi mente, se me hace imposible. Debería considerarse un delito el querer olvidar a alguien y no poder hacerlo. He aprendido a través de las experiencias, que la única manera de aparentar haber olvidado a una persona, es dejando su nombre sólo en la mente, sí, es que es mentira que por no mencionarlo, vamos a olvidarnos. De hecho, es cuando más pensamos y recordamos miles de cosas. Entonces, es mentira ese dilema y esa típica frase, “No hablaré más de él”. Los que están a tu alrededor pensarán que lo olvidaste pero tu mente gritando te recordará que no es cierto. Es tan difícil como hallar una aguja en un pajar. ¿Qué pasa con el corazón, la mente y los sentimientos? Simple, discuten entre sí, para hacer cada uno, una función diferente. Quizás por ello en ocasiones, nos sentimientos tan confundidos, hasta el punto de pensar y hacernos creer que olvidamos a una persona e inventarnos un mundo que no existe, con otra. De ahí es donde sale la frase “Un clavo, saca a otro clavo” pero ése refrán es tan mentiroso como el primero, porque puedes hacerle trucos a tu corazón, pero a él no se le ha olvidado el por qué cuando miras a esa nueva persona, lo comparas con la anterior que estuvo. ¿Sí te ha pasado, no? Eso de estar con alguien a quien dices querer, y extrañar a otra persona con la que dices que no quieres estar, pero que matarías porque fuera él, quien estuviese en ese momento contigo compartiendo, y no alguien más. Nos contradecimos una y otra vez, lastimándonos y lastimando a otros. Otros que no tienen quizás ni la pequeña y más mínima idea, de que la utilizas para olvidar momentos, recuerdos, sonrisas, peleas y demás. ¿Qué tan mal puedes estar para no tomarte un tiempo? Quédate solo si tus sentimientos hacia alguien no se han ido, júntate con personas agradables y pasa ratos diferentes, pero no con otras intenciones más que hacer nuevos recuerdos y dejar los viejos atrás. A millones de personas nos pasa seguido que no sabemos como sacarnos a alguien del pensamiento, así que tranquilízate porque no eres la única. Todos los casos son diferentes y por ello dicen que cada cabeza es un mundo. Pero si por este post, te vino a la mente alguien, una persona, quiere decir que aún piensas en él/ella. Y que por ende, debes aceptar que aún te importa. Mi pensar es fácil, no se puede matar a una persona sólo por no nombrarla más. Porque hasta comiéndote tu Corn Flakes (cereal) de letricas, te puede aparecer su nombre.  Tan triste como eso. Si necesitas olvidar a alguien y ya estás al borde de la locura, ignora. Sí, ignora a tu mente. Si es cierto que al principio no es fácil, pero si puedes olvidarte de una clase súper importante de matemática, créeme que podrás olvidarte de una persona. ¿Sabes por qué? Porque el olvido es una capacidad que todos tenemos en la mente, y muchísimas veces no sabemos en qué momentos emplearla. Y entonces viene luego la palabra ignorar, que más que olvidar, es omitir y transmitirle al cerebro que debe bloquear algo. En este caso, a alguien. Piensa en algo peculiar, no podrás cambiarle jamás la mentalidad a un ser humano, por más que desees que te quiera y te ame, no podrás.

No se puede matar a alguien en un simple paso, es mentira, pero tómate tu tiempo y construye caminos fáciles para olvidar a una persona, como olvidar comprar un pedido hecho por tu mamá.