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De los 150.000 Euros que cobran Charles Pic (Caterham), Guiedo van der Garde (Caterham) y Max Chilton (Marussia) hasta los 20 millones de Alonso y Hamilton hay una diferencia salarial que sería escandalosa en cualquier otro sector: ¿te imaginas un puesto de trabajo en que unos cobraran 20.000 Euros y otros 150?.
Pero el título del post no hace referencia a la diferencia salarial, sino a todas esas personas que se quedan en el camino. ¿Qué ha pasado de Albert Costa, Adrián Vallés, Sergio Hernández, Javi Villa, Dani Clos, Andy Soucek, Antonio García, Porteiro o Roldán Rodríguez?, por mencionar a los más conocidos que se quedaron a las puertas del mundo de nunca jamás.
También están Borja, Puyo, Marcobal... en otro escalón anterior.
En cualquier otro deporte los méritos deportivos tienen un valor; en este no. Llamas a la puerta de un equipo de monoplazas (o te llaman ellos) y preguntas por la posibilidad de participar en un campeonato: "son no-se-cuantos-mil"; "pero yo he ganado este campeonato, y estas carreras..."; "ya, pero son no-se-cuantos-mil"; "¡y tengo el título de campeón de ...!"; "si, ya, pero son no-se-cuantos-mil"... y así, como un disco rayado, se repite la cifra de no-se-cuantos-mil una y otra vez.
Si se pudieran pagar los no-se-cuantos-mil y hasta se llegara a ganar el campeonato, al año siguiente la propuesta sería participar en uno de mayor nivel y "ahora son no-se-cuantos-mil por dos"; "pero, quedé primero"; "ya, pero ahora son no-se-cuantos-mil por dos"... así se van subiendo escalones en proporción inversa a como descienden fortunas.
No, este deporte no es justo, pero nos gusta tanto que a veces hasta soñamos con que puede ser posible.