Este lunes 26 y no el 5 de abril , como había anunciado Diario Última Hora hace más de veinte días marcando una divertida paradoja con relación al nombre, llegó Justo a Tiempo. Arrancó con un Dani Da Rosa que gritó aceleradamente durante los primeros quince minutos, hasta que alguien le habrá avisado vía cucaracha y se calmó algo. Presentó a sus compañeros de elenco Pavón y Enrique haciendo constantes alusiones a las telenovelas en las que trabajaron y claro, a María Laura Olitte quien sorprendió gratamente. Palabra que de ella esperábamos menos.

La escenografía bien lograda, colorida, con gran iluminación, ofrece sin embargo un amplio espacio para ...nada. El led, si bien aporta a la exhibición de productos en la artística cumple una función pobre. No se vio mayor aprovechamiento del set, salvo en el momento en que María Laura corría perseguida por un Pombero enano. El audio regular. La tribuna escasa, aunque puede que haya sido a propósito. En el juego de la visita adivinen quién era el invitado...Pedro Guggiari, que ya no sorprende a nadie porque lo vemos a cada rato. En general, aburrido y comparado con el estreno de El Saber Va Contigo en el que Humberto reunió tanta variedad de famosos un día domingo, Justo A Tiempo pasa vergüenza. Increíblemente Canal 13 está logrando una grilla más atrayente.

Recordamos la experiencia de Distracciones, aquel formato de Freemantle Media que condujo Alvaro Mora y pasó sin pena ni gloria en virtud de las adaptaciones que lo degradaron a nivel de producción. El programa argentino con Julián Weich, tiene juegos muy trabajados, dura 1 hora 45 minutos, no 1 hora un día y otra el siguiente. Vean en este link las diferencias con el de Telefuturo en juegos y cantidad y rol de los conductores. Los premios son un punto y aparte. Muy buenos, incluso una casa, pero eso no alcanza para capturar audiencia. Falta glamour, magia, calidad, buena conducción, novedad, algo que atrape.