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Los dos pilotos principales de Volkswagen, el francés Sebastien Ogier y el finlandés Jari-Matti Latvala, por una vez no serán los cabezas de cartel de un rally, pues en Polonia, séptima prueba del Mundial que larga el jueves, los ojos estarán puestos en el héroe local Robert Kubica.
Kubica, expromesa de la Fórmula 1 y héroe polaco, se reconvirtió a piloto de rally a base de coraje y voluntad y por ello infunde respeto, pese a que le falte concretar con resultados, aunque lo intentará cambiar en Mikolajaki, al noreste de Varsovia.
"Que un tipo que apenas puede abrir una puerta pueda conducir así de rápido es increíble", asegura una fuente anónima del mundo del rally, aludiendo a las secuelas que arrastra el piloto polaco desde 2011.
Ese año, Kubica sufrió un grave accidente en un pequeño rally italiano y se ve obligado conducir un Ford Fiesta RS adaptado con palancas en el volante para cambiar las marchas.
Con 29 años, Kubica nunca ha alcanzado el podio en el WRC, y su mejor resultado sigue siendo la quinta plaza cosechada en Alemania el año pasado, una temporada en la que sí se adjudicó el título de la categoría WRC-2.
Desde el Rally de Montecarlo de enero, el polaco sólo ha acumulado decepciones y sólo ha conseguido sumar 12 puntos en seis carreras.
"Correr en casa va a ser muy especial pero también extraño porque será un rally totalmente diferente para mí. Participé el año pasado pero el trazado ha cambiado completamente. Tengo ansiedad por encontrarme con todos mis fanáticos polacos, pero mi preparación será la misma que para otras carreras que no conozco", anunció Kubica.
Como la ocasión es especial, su Ford lucirá los colores de su país, blanco sobre rojo. "Lo más importante es aprender y disfrutar. Si al final de la última especial estoy contento con cómo lo he hecho, estaré satisfecho", afirmó el polaco, que no espera un resultado especial.
- Ogier sereno -
La escudería M-Sport que asiste al Fiesta RS de Kubica es la vigente campeona en Polonia desde la victoria del finlandés Mikko Hirvonen en 2009, última vez que el WRC visitó tierras polacas.
Por entonces, Ogier competía por primera vez en el Mundial, con el Citroën Junior Team. Pero, desde aquella carrera, el francés ha ganado en todas las superficies hasta conseguir el título mundial en 2013.
"Es curioso decir que esta edición va a ser una novedad para todos", aseguró Ogier. "Hemos hecho algunos ensayos previos que se han desarrollado positivamente. Estamos centrándonos en los reglajes específicos de este Rally", continuó el líder del Mundial. En el menú, 24 especiales y 362 kilómetros cronometrados en cuatro días.
"Las pistas son muy rápidas, es interesante correr sobre este tipo de superficie. Como el suelo es muy arenoso y ligero, hay riesgo de que cambie y se resquebraje con el paso de los primeros coches", avisó el francés, que ganó en la última prueba en Cerdeña.
En el duelo Ogier-Latvala, el francés gana 4-2 frente al finlandés, en número de victorias, y 138-105 en puntos, lo que le permite afrontar esta carrera sereno frente a los Ford, Citroën y Hyundai.