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Conócete a ti mismo y hallaras al ser supremo que las religiones han llamado Dios
Te busco en la multitud bulliciosa de un mundo desesperado, ansiando hallarte con la esperanza de encontrar sentido a la soledad construida en torno a esta densa realidad.
Te busco por miedo a lo incierto de vivir dependiendo de afectos fugaces que vienen y van como maestros angelicales, piezas esenciales en la conformación de aquello que busco ser.
Te busco porque pese a estar acompañado de tantas personas y afectos sinceros, siento un vacio inmenso, cada vez que pretendo ver más allá.
Te busco con el deseo sincero de abandonar los apegos que me han transformado en un ser dependiente de personas en tránsito, que como las aguas de un rio fluyen en dirección al mar
Te busco, no por desprecio a ellos, sino porque en ocasiones soy ligeramente consciente, que dicha soledad traicionera no es más que el empeño de esta mente superflua de ignorar la presencia incondicional que vive en aquellos silencios fugaces que surgen y susurran con ternura la verdad latente que radica en mi.
Te busco con el deseo honesto de hallar refugio eterno a esta soledad amarga que inunda de miedo aquellos momentos en los que permanezco acompañado de los silencios que habitan en mi, pero que a ignorancia rechazo por el pánico infundado de sentir los espasmos ansiosos y traicioneros de eso que veo en la soledad.
Te busco porque muy en el fondo soy consciente que si te encuentro romperé las cadenas que me atan a esta ilusión absurda de soledad que me ata a migajas de afectos temporales que vienen y van
Te busco con cierta certeza, que me empuja deseoso de libertad que llega en el bendito instante que conozco la verdad que radica en mi esencia; compañía eterna e incondicional, que llega en el preciso instante en el que encuentro tu cuerpo trascendental.
Te busco porque al encontrarte, me conoceré como el ser perfecto que es ajeno a ese sentimiento austero llamado soledad, y que hoy después de tanto buscar y caminar, comprendo que todo eso siempre se movió y habito en mi
Por eso ya no te busco, por eso ahora solo te siento, disfrutando momentos de comunión que atreves de mis silencios eternos me unen a ti y que por medio de ti, conozco un poco más de la gloria que habita en mi.