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Se fiel a tus convicciones, mantén los pensamientos de aquello que ansias ver en lo externo, y ganaras la certeza de eso que algunos llaman fe
Generación infiel a sus convicciones, torcida cual serpientes,
por moverte en varias direcciones, se quejan de sus creaciones,
que no son otra cosa que las evidentes contradicciones,
provenientes de las confusas elecciones,
que cambian al ritmo infame,
de sus tortuosas y descontroladas conclusiones.
Generación de víboras rastreras, colmada por ideas perecederas,
vanidades fariseas, adoradores de ídolos de piedra,
que nos ata a la miseria, asociada a la materia.
Generación sin fe, porque cambias de parecer,
ignorando el poder que radica en mantener,
la creencia primordial,
chispa que nos susurra la verdad trascendental.
Hablan de fe, como si fuera una burda creencia carente de voluntad,
la cual se debe acatar, basados en los misterios de una divinidad,
que coarta el pensar, creando muertos en vida,
incapaces de crear, la verdad personal
que envuelve la capacidad,
verbo que materializa nuestra voluntad,
que no es otra cosa que el mal entendido “Yo soy”;
eterno movilizador; Dios que reside en nuestro interior.
Generación confundida, interprete de letra muerta,
dependientes de doctrinas estancadas,
filtran el mosquito mas tragan el camello,
sofocando la esencia, de aquello que va mas allá,
de la burda apariencia.
Generación perdida en esa fe mal entendida,
detengan la mezcla que contamina; trigo y cizaña corrompida,
escucha esa semilla emergente, que se desarrolla en la mente
fruto que se come maduro,
a la espera del siguiente pensamiento maestro,
que provenga de los adentros.
Y así la semilla del pensamiento arquitecto,
fructificara con más rapidez, en esta ilusión del tiempo,
a medida que seas testigo consciente,
de la simiente que genera el fruto de la mente,
comprendiendo solo entonces,
que la fe no es la ciega confianza en lo inconcebible,
usada por aquellos que buscan,
justificar sus manipuladas convicciones,
sino la creencia que viene de la experiencia,
de quien sabe que el enfoque en los pensamientos constructores;
permanencia de las convicciones,
nos convierte en creadores conscientes,
de los mundos ascendentes.
Semilla que germina en la mente,
y que florece en el tiempo,
mundo ilusorio y eterno
aproximación de mi precario intelecto
a ese manoseado concepto, que algunos llaman fe