No hay lugar donde huir,

no existe sitio en el cual nos  podamos refugiar,

solo el modo que tengas de mirar,

percibir, apreciar, las creaciones externas,

que te haces al andar,

estados internos que reflejan el grado de conciencia actual,

constructor de naciones, mundos completos,

que solo muestran la parte del proceso;

en el cual te encuentras en la actualidad,

cuento evolutivo de nunca acabar.

Eres  universo en el microcosmos de tu conciencia global,

escenario de  momentos en este proceso de remembrar,

mediante las experiencias,

que van construyendo la personalidad,

de aquel que se mueve en la dicotomía de la relatividad,

dualidad de conceptos que te empuja a etiquetar,

la creación con juicios limitados,

que se mueven entre los opuestos aparentes,

del bien y el mal.  

No hay lugar donde huir o sitio que te pueda albergar

de la vida que has decidido crear,

solo debemos con urgencia cambiar,

los modelos o preceptos que te han obligado a presenciar,

aspectos de una vida que  no tiene ni principio ni final,

y que pide a gritos que limpies el cristal,

con el cual percibes los fragmentos,

de esta parte de la eternidad.

Nuevos ojos para mirar, limpios cristales para filtrar,

el nuevo mundo que percibes, como creador de esta realidad.