¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Rodrigo Oyarzun G escriba una noticia?
Vive las diferencias de tu hermano como la oportunidad de conocer un aspecto distinto al propio y asi por medio de aquello encontraremos concordancias
Somos dos aspectos de una misma cosa,
que se expresa en muchas formas,
tu eres educada en protocolo y tradición,
fundamentada en los libros basales,
de nuestra generación,
yo en cambio soy producto de la improvisación,
experiencia y pasión por la vocación,
que me llena el corazón, y me nutre el alma,
con esta apreciada inspiración.
Somos reflejo de la situación;
tu apegada a la forma y la preocupación;
cuanto ganaras en tu profesión;
automóvil de primera generación,
vivienda en los suburbios de una contaminada urbe,
que te envuelven en apariencias y confort.
A tus treinta ya sacas cuentas de una futura pensión,
planificas descendencia como rutina de reproducción,
esperando con especial obstinación,
algún tonto que se amolde, a tan noble pretensión.
Somos muestras únicas de evolución;
yo aspiro a romper inercia de tradición,
con la ingenua pretensión,
de cambiar en algo esta segregación,
que nos separa en bandos destinados,
al enfrentamiento y la descalificación,
mientras tú te preocupas, con cierto descontrol,
de inversiones que se tranzan en el exterior.
Con desparpajo confieso indiferencia al modelo de educación,
que te asegura un éxito basado en dinero y acumulación,
tu en cambio defiendes a ultranza la separación,
argumentando que la ley del más apto prevalece,
en esta selva de incomprensión.
Te defiendes contra la justa distribución,
argumentando que eso implica perder,
una tajada de tu bien ganada remuneración,
en desmedro del hermano; que según tu respetable visión,
nada hace por ganarse el sustento y la previsión,
en este justo sistema de libre competición.
Mientras tanto yo leo y escribo sobre igualdad;
no de hecho, sino de oportunidad,
sustentado en la evidente realidad,
que radica en la diversidad;
de una colectividad;
que aun no entiende su inherente hermandad,
basada en la bendita unidad,
y en la menospreciada espiritualidad.
Pese a nuestras notorias divergencias,
y maneras de observar esta realidad,
de confusas evidencias,
tu y yo hemos decidido emprender un incierto proyecto,
basado en el respeto por las diferencias;
por mi parte he cedido ser el tonto semental,
que sustentara tus modelos de descendencia,
los cuales; según tu, aspiran a la trascendencia,
tu en cambio respetas y admiras mi idealizada existencia,
aceptando incluso ceder ante alguna de mis locas propuestas,
porque en el fondo ves en ellas el oasis,
que se alberga en lo más profundo,
de tu dormida consciencia.
Sin duda es una inusual convivencia,
entre dos aspectos de la suprema consciencia,
la cual se divierte a grado sumo,
con nuestra cómica experiencia,
muestra cierta que sustenta, la pretensión de una era,
de acabar con la miseria,
avalada por nuestra escaza conciencia,
respeto por las diferencias, lealtad a nuestra esencia,
amor sin exigencias; aspectos relativos,
de algo que por ahora escapa a nuestra inteligencia