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FERNANDO DE NORONHA, Brasil (AFP). La presencia de tiburones en aguas atlánticas del nordeste brasileño es una dificultad adicional para buscar cuerpos de los ocupantes del vuelo de Air France que cayó al mar, dijo el director del Museo del Tiburón de Fernando de Noronha (nordeste), Leonardo Veras
Veras, un ingeniero pesquero de 44 años director del Museo del Tiburón en Noronha, sostuvo que “un evento de esa naturaleza atrae tiburones, porque el impacto de una aeronave o un navío naufragando emite una frecuencia similar a la de un animal o pez herido”.
Antes de la confirmación de que no hay esperanzas de sobrevivientes, esto ya era un riesgo adicional en el caso de que quedara con vida alguno de los 228 ocupantes del vuelo 447 de Air France, que desapareció en el océano Atlántico a unos 1.100 km de la costa brasileña.
“El océano es un ambiente de cierta monotonía"
“El océano es un ambiente de cierta monotonía, cualquier alteración, como una situación de naufragio o accidente, se torna en una atracción para los tiburones y sus sentidos le llevan hacia ella en busca de alimento. En esos casos son potencialmente peligrosos”, indicó Veras. Explicó que la región oceánica “es cosmopolita”, y en el área del accidente los tiburones que transitan predominantemente son el mako (al que calificó de “fórmula 1 de los tiburones” por su velocidad), el oceánico y el azul, que pueden llegar a superar los 4 metros de largo.