El príncipe británico Jorge, de sólo ocho meses, participó este miércoles en su primer compromiso público oficial en Nueva Zelanda, jugando con otros diez bebés de su edad.

Jorge, que acompaña a sus padres, los príncipes Guillermo y Catalina, en su gira por Nueva Zelanda y Australia, estaba invitado a la residencia del gobernador general de Nueva Zelanda, representante de la soberana británica, a una sesión de juegos organizada por Plunket, una asociación de ayuda a la infancia.

Los bebés estaban en una sala adornada con un gran retrato de la bisabuela de Jorge, la reina Isabel II, con almohadones y juguetes esparcidos por el suelo. Sus padres también estaban invitados.

La responsable de Plunket en Wellington, Tina Syme, afirmó que este encuentro se había previsto para que Guillermo y Catalina, que deseaban conocer a muchas personas locales al iniciar su gira de tres semanas, pasaran un momento agradable.

El grupo de presión para la instauración de una república en Nueva Zelanda afirmó que cualquiera de los otros diez bebés que se encontraban en la residencia del gobernador estaría mejor cualificado para ser presidente que Jorge, quien ocupa el tercer lugar en la línea de sucesión al trono, tanto en el Reino Unido como en Nueva Zelanda.

"El bebé Jorge es tan bonito como cualquier otro bebé (...), pero lamentablemente no podrá ser el futuro jefe del Estado de Nueva Zelanda, a menos que un día emigre a Nueva Zelanda y se convierta en ciudadano", afirmó ese grupo.