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Parece que en nuestro país las cosas las vamos a seguir
Vivimos en un momento en que nuestros principales problemas se dan con nuestros vecinos, sin dejar de lado que el nuevo canciller es un ferviente propulsor del ingreso de Venezuela al Mercosur, hecho que personalmente no considero oportuno mientras el golpista y dictador Hugo Chávez esté al frente del gobierno de su país. Su ingreso será una transgresión al tratado.
El Paraguay tiene graves problemas con la Argentina, ya sea por motivos de nuestras exportaciones de prendas de vestir, de la soja, etc., por mencionar algunas, amén de las enormes trabas que continuamente ponen a nuestro comercio internacional. Con Brasil ni hablar, iguales complicaciones en nuestro intercambio comercial, y más aún cuando con dicho país una de nuestras principales dificultades se dan en el tema Itaipú. Soy uno de los que tiene atragantado este problema porque estuve entre los primeros estudiantes que cayeron presos y fueron procesados durante la dictadura de Stroessner por defender nuestros derechos sobre los Saltos del Guairá cuando los brasileños incursionaron en nuestro territorio en el año 1965. Allí se originó toda nuestra tragedia futura.
Nuestro país cuenta con diplomáticos de carrera de muy buen nivel, que es lo que precisamos en estos momentos cruciales. No quisiera dar nombres para evitar herir susceptibilidades, pero que poseemos bien formados y con experiencia, no solo para ocupar la Cancillería sino para ser nuestros representantes en el exterior, no caben dudas. Para colmo de nuestra desgracia, el principal contendor que tenemos enfrente es nada menos que Itamaraty, una de las mejores cancillerías del mundo, cuyos diplomáticos se caracterizan por ser extraordinariamente bien preparados e idóneos, donde la política partidista no hace estragos como en la nuestra. Además, algo que me sorprende y alarma es que la negociación de cualquier tratado, convenio o acuerdo, y con mayor razón de la importancia de Itaipú, del cual los brasileños nos sacaron una muy buena tajada, no puede serlo bajo el influjo del agravio ni de las amenazas, como aquello de recurrir a organismos internacionales, si el Brasil no accede a nuestras pretensiones, para luego sentarse en la mesa de negociaciones para que nos reconozcan los derechos que estamos reclamando y lograr algo más justo, por lo menos más conveniente, a nuestros intereses. Y la mayor torpeza que se puede cometer es que las mismas se hacen a través de la prensa y no con el sigilo cauteloso que debieran realizarse. Con ello no quiero quitarle el mérito que tiene la prensa en nuestro país, de defender con pasión, si se quiere, ya que cuenta con argumentos sólidos de cuáles son nuestras pretensiones, ni pretendo, mucho menos, evitar que se ocupe de la forma que crea más conveniente sobre este tema tan espinoso. Ella tiene todo el derecho de emitir cuantas opiniones quiera y en la forma que mejor le plazca sobre este difícil tema, pero a nivel diplomático rigen otras reglas, como el don de la prudencia, la cautela, la moderación y el diálogo permanente para alcanzar el objetivo propuesto. De la forma como actúan nuestros negociadores es la chanza constante del Brasil.
Otra cuestión alarmante es que en estos días se presentó a la Cámara de Senadores una lista para el nombramiento de nuevos embajadores, y próximamente se entregará otra. Espero no caiga la ira sobre mi persona, pero muchos de los propuestos no tienen las condiciones de idoneidad y capacidad para ocupar un cargo de tanta trascendencia para el país, con el agravante de que se ha elegido a los candidatos a través del despreciable cuoteo político, que tanto daño hace a nuestras instituciones. Lo más penoso es que se incluyen entre los designados a extranjeros, cuyo único mérito es ser comerciantes exitosos, violando con ello el artículo 7º de la Ley 1335 del Servicio Diplomático y Consular de la República, que exige, para ingresar al mismo, la ciudadanía natural. ¿Los hasta ahora propuestos qué amor a la patria van a tener si no han mamado nuestra idiosincrasia, nuestra historia, que es la maestra de la vida? Si para la admisión es imprescindible dicho requerimiento, con más razón para el rango de embajador. Ya estoy viendo que vendrán con el cuento de que Manuel Gondra era argentino, nacido en Buenos Aires y llegó a Presidente de la República. Pero la diferencia es radical, la Constitución del 70 otorgaba la ciudadanía natural a aquellos nacidos en el exterior hijos de padre o madre paraguayos y Manuel Gondra era hijo de un argentino, don Manuel Gondra Alcorta, y de doña Josefa Natividad Pereira Oscariz, perteneciente a una antigua familia de Villeta, que volvió definitivamente al Paraguay siendo él aún muy pequeño. Ello nos revela a las claras que, por satisfacer las pretensiones de los partidos políticos, o por pagar favores vaya a saber a quiénes y de qué índole, se prescinden de paraguayos capaces que nos representen dignamente y con patriotismo. Y si le sumamos a ello la violación de la ley, ¿qué más se puede esperar de este Gobierno? ¡Pobre patria mía! como lo titulara a su último y estupendo libro Marcos Aguinis. ¡Qué lástima, canciller!