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La inseguridad se vive en todas partes del mundo pero cuando nos golpea de cerca no podemos creer lo que pasa
El Domingo 23 secuestraron al amigo de mi hijo, Juan Ortiz un joven de 18 años, una persona de nivel económico medio, su padre abogado y profesor, su madre docente, mi primer pensamiento fue "nos puede pasar a todos". Lo que me hizo sentir peor fue escuchar los comentarios errados, hablaban de la conducta del muchacho, como si fuera a importar si sos bueno o no, para los secuestradores el dinero es su Dios, y son capaces de cualquier cosa por su maldito Dios. Lo único que pude hacer fue rezar para su pronta liberación. A los padres les costó mucho reunir el dinero que le solicitaban estas cosas porque no se le pueden llamar personas. Con la ayuda de amigos y familiares, lograron las exigencias de estas escorias del mundo. El señor pidió la prueba de vida y por celular habló con su hijo, y al despedirse éste le dijo: GRACIAS POR TODO PAPÁ!!!! Luego de entregar el pedido a los secuestradores el lumes 24 a las 20:30 hs aproximadamente esperabamos la liberación de Juan.
El martes 25 a las 8 de la mañana encontraron el cuerpo sin vida de un joven, yo seguía rezando con todas mis fuerzas para que no sea él, pero mi desilusión fue enorme cuando confirmaron que se trataba de Juan.
Muchas preguntas quedan esperando respuestas, pero principalmente por qué??
Ver a una madre llorar la muerte de un hijo y saber que lo mataron sin razón, tiene explicación???
Yo pienso que si mueren las buenas personas que forman parte de una sociedad, de un todo, quienes se van a quedar los ladrones, los secuestradores, los asesinos, esa clase de gente va a formar la sociedad, no creo que asi funcione.
Como le explico a mi hijo que tenga fe si cuando yo recé y muchos más lo hicieron obtuvimos este resultado???
Lo único que me resta en esta nota es hablar de Juan, del excelente amigo que era, trataba de estar presente en los momentos más difíciles y siempre con una sonrisa y sus cachetes sonrrojados, cuando lo elogiaba bajaba la mirada y sonreía, era un amigo de los que quedan pocos, esos que no te defraudan. Entonces no comprendo como su vida podía tener un precio, si para todos los que lo conocimos era inestimable.
Los secuestradores ganaron treinta mil dólares en cambio nosotros lo perdimos a él ...lo perdimos todo.