Mercedes Olivera

Telefuturo lanzó una nueva campaña institucional: Somos. Apelando a un vínculo con los televidentes que cada vez se vuelve más débil y tratando de recuperar su posicionamiento de liderazgo. Alguien dijo "la arrogancia organizacional es gorda, sorda y feliz" y este canal parece un exponente de obesidad al que no le encuentran la dieta apropiada.

Temporada tras temporada, de la mano de Antonio Vierci se deteriora la oferta en las pantallas. Encabezando la producción nacional, lejos de defender un mercado competitivo con reglas sanas, se asimiló a la estrategia oligopólica de Ángel González sumando otro canal al primero y por si fuera poco conformando una multimedia. Debilitado moralmente para cualquier defensa de la legalidad por ese acto, Vierci ve languidecer sus dos iniciativas televisivas. ¿Cómo defender una normativa que ampare la producción nacional si al igual que González aprovechó un resquicio en la reglamentación vigente para hacerse con dos frecuencias?

Ahora pierden audiencia y pretenden reconquistarla con campañas publicitarias, seguramente surgidas de las mentes brillantes de los colaboradores, quienes han fungido como cómplices para la pauperización de una industria en la que ellos son meros oportunistas que están de paso.