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"Cuando la guerrilla estaba aquí…". Los residentes de la ciudad de La Macarena con frecuencia intercalan está frase durante una conversación. Se trata de una forma rápida de describir los problemas experimentados por la región en el pasado
Entre 1998 y 2001, La Macarena, junto con otros cuatro municipios, formaban parte de la zona desmilitarizada creada por el gobierno colombiano durante las conversaciones de paz con el grupo rebelde más grande del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En ese entonces, la guerrilla -y la economía del tráfico de drogas- dominaban la vida de la población local.
Campesinos y comerciantes experimentaron un auge sin precedentes de la producción de coca, pero el cultivo de alimentos prácticamente desapareció y plátano y yuca tuvieron que ser importados.
En esa época, el eco-turismo era imposible, pero cuando las conversaciones de paz entre el gobierno y las FARC se rompieron y el ejército retomó la ciudad, en una semana, la idea echó raíces.
"Los más bonitos"
Este año ha sido el más activo desde que la guerrilla salió del lugar, con más de 200 turistas provenientes de Colombia, América del Norte y Europa, llegando en pequeños contingentes.
"Había querido venir desde hace años, pero los viajes siempre fueron cancelados por razones de seguridad", dice a la BBC un visitante de Bogotá.
"La coca sólo trajo beneficios a corto plazo. Cuando los guerrilleros estaban aquí, no había desarrollo. Construyeron caminos, pero sólo rutas de salida para sí mismos", dice Cubides
La principal atracción de la región es Caño Cristales, un río famoso por sus plantas de color rosa que se volvieron famosas en la década del 80, cuando el explorador Andrés Hurtado lo describió como "el río más hermoso del mundo".
Ahora, uno de los alumnos de Hurtado, Carlos Avellaneda, es uno de los principales promotores de la zona como destino turístico.
"Todos los turistas coinciden en que las fotos no hacen justicia, que es mucho mejor estar aquí", se entusiasma Avellaneda.
Otro ferviente defensor del eco-turismo es Armando Cubides, quien dirige un campamento local.
"La coca sólo trajo beneficios a corto plazo. Cuando los guerrilleros estaban aquí, no había desarrollo. Construyeron caminos, pero sólo rutas de salida para sí mismos", dice Cubides.
De hecho, uno de los caminos construidos por las FARC para el transporte de drogas se usa ahora para llevar a los visitantes a Caño Cristales.